Seguro que muchas veces has encontrado una hilera interminable de hormigas en caminos, calles, jardines, o hasta en casa.
Si observamos estos insectos con detenimiento, notaremos que las hormigas se desplazan en línea recta desde su nido hasta el alimento, y viceversa. Habrás podido contemplar millones de veces esta escena pero…
¿Te has preguntado cómo logran encontrar la comida?
En primer lugar, las hormigas poseen glándulas que secretan feromonas al exterior. Con su desprendimiento, las hormigas intercambian información entre ellas con el fin de avisar dónde se encuentra la comida, cuándo deben proteger su nido, quiénes integran la colonia y hasta el momento de comienzo del apareamiento.
En un primer momento, las hormigas realizan la búsqueda de comida de manera individual. Exploran diferentes lugares y siguen fuertes olores hasta encontrarla. Mientras, y con el fin de ser capaces de volver a casa sin perderse, en su búsqueda las hormigas van dejando un rastro de feromonas. De esta manera, cuando pretenden volver a su nido, solamente tienen que seguir el olor característico de esas feromonas.
Y…¿Cómo se crean entonces las hileras de hormigas?
Inicialmente, las hormigas buscan su comida de manera individual. Sin embargo, cuando una de ellas encuentra alimento, deja de nuevo un camino de feromonas, esta vez con un olor bastante más fuerte.
Esto permite a las demás hormigas detectarlo, abandonar su propia búsqueda e incorporarse a la del descubridor.
¿Podrían confundirlo con el olor de feromonas que les lleva a casa?
La respuesta es sí. Sin embargo, en caso de que el rastro les condujera a casa, las hormigas darán media vuelta y continuarán su camino en la dirección contraria hasta localizar el alimento. Al volver, las siguientes hormigas reforzarán de nuevo el camino con más feromonas, hasta convertirlo en inconfundible.
Con esto, las hormigas nos demuestran una vez más su increíble habilidad de comunicación e inteligencia.
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